
Ficha informativa sobre cobayas: pequeños roedores con una gran voz
Son pequeños, regordetes y sorprendentemente ruidosos. Las cobayas son una de las mascotas más populares en las familias. Su sociabilidad, su carácter vivaz y alegre y su lenguaje sorprendentemente diverso las convierten en verdaderas favoritas de la familia. Los niños se dan cuenta rápidamente: con las cobayas nunca hay lugar para el aburrimiento.
Datos esenciales de un vistazo
- Tamaño: 20–30 cm
- Peso: 800–1.200 g
- Edad: 5–8 años
- Particularidad: animales de grupo absolutos: la tenencia individual está prohibida
Comportamiento & Comunicación
Las cobayas son verdaderas artistas del lenguaje. Arrullan, chillan, gorjean y gritan con un fuerte «¡Wheek!» cuando hay comida. Algunos sonidos recuerdan casi al canto de los pájaros, pero las cobayas deben su nombre a otra cosa: a su típico chillido, que recuerda a pequeños cerdos, así como a su viaje en barco desde Sudamérica hasta Europa. Por eso se llaman «Meerschweinchen» en alemán (literalmente, «cerditos de mar»).
Es especialmente interesante que distingan entre personas conocidas y extrañas. Quien las cuida con regularidad se convierte en su persona de referencia y es recibido con alegres sonidos. Para los niños es una experiencia especial cuando el animal reconoce su voz y reacciona a ella.

La vida cotidiana con cobayas
Para que las cobayas sean felices, necesitan espacio, actividades variadas y la alimentación adecuada. La base es el heno, además de agua fresca y verduras ricas en vitaminas, como pimientos o hierbas aromáticas, a diario. Las cobayas no pueden producir vitamina C por sí solas. Por lo tanto, deben recibir diariamente verduras frescas como pimientos o hierbas aromáticas. Esta necesidad nutricional especial deja claro a los niños lo importante que es una alimentación sana, no solo para los animales, sino también para nosotros, los humanos.
Un día a día típico podría ser, por ejemplo, el siguiente: por la mañana se añade heno y por la noche se sirven verduras frescas. Los niños pueden participar fácilmente, por ejemplo, colocando un trozo de pimiento en el comedero u observando cómo los animales chillan alegremente al oír el crujido de la bolsa de verduras. Así, la rutina se convierte en una experiencia emocionante.
Sin embargo, los padres deben asegurarse de que los niños observen a los animales sobre todo. Dado que las cobayas son animales de huida, se sienten más seguras si pueden decidir por sí mismas lo cerca que quieren estar de las personas. Se pueden dar caricias si los animales se acercan a las personas por iniciativa propia. La coacción está prohibida.
Consejos para padres
- Tenga siempre al menos dos animales, mejor un grupo pequeño.
- Asegúrese de que haya un recinto grande y bien estructurado con lugares de refugio.
- Utilice los sonidos de los animales para hablar con los niños («¿Qué crees que significa este chillido?»).
- Explique que las cobayas no son juguetes, sino seres vivos independientes.

Animalmente importante
Las cobayas no son peluches, sino fascinantes compañeras de observación. Enseñan a los niños lo diferente que puede ser la comunicación y que las señales deben tomarse en serio. Quien las escucha descubre pequeñas personalidades con una gran voz y comprende que el cuidado significa mucho más que solo alimentar.